Como comenté en la entrada anterior, llevo un tiempo realizando un proyecto de fotomontajes recreando escenarios post-apocalípticos sucedidos en varias ciudades españolas. He querido con ello trasladar a estos lugares la «visión» del escenario que creó el accidente de Chernóbyl, hace 25 años, sobre la ciudad Ucraniana de Pripyat.
Tomé la decisión de crear este proyecto con la intención de recordar aquel desastre y a los cientos de miles de víctimas que generó. La fecha para publicarlo sería la del 26 de Abril, coincidiendo con el aniversario. Entonces, cuando estaba trabajando en las dos últimas imágenes, sucedió, como si de un recordatorio macabro se tratara, el accidente de la central nuclear de Fukushima en Japón.
El debate generado en el mundo entero sobre el uso de la energía nuclear y sobre todo las declaraciones de Yuli Andreev, responsable de la descontaminación de Chernóbyl 1986-1991, diciendo que «no se ha aprendido de los errores» con respecto al accidente de Fukushima, me han empujado a anticipar la publicación de este trabajo.
La Pesadilla Pripyat es un proyecto que consta de 8 fotomontajes formado por más de 350 fotografías, un cartel presentación y un microrelato acompañando a las imágenes.
[La Pesadilla Pripyat]
» Me encontraba a las afueras de lo que parecía una ciudad abandonada. En ese lugar la naturaleza, caprichosa, había crecido sin ningún tipo de control.
Pude comprobar que antes, el ser humano había habitado ahí ya que se podían ver restos de edificaciones entre la maleza, aunque de haber existido vida tendría necesariamente que haber sido en tiempos pretéritos ya que lo poco que se dejaba ver a través de las ramas no era si no edificaciones en ruinas.
Había algo que me empujaba a entrar en aquella ciudad fantasma, así que continué caminando.
Sobrecogía el silencio, pero en ningún momento me invadió ninguna sensación de miedo. Sólo tenía en la mente una pregunta que me hacía una y otra vez, ¿qué tipo de desgracia habría caído sobre aquella ciudad y sus gentes?
Seguía andando cuando llegué ante una montaña de escombros que me impedía el paso. Pude observar que tras aquella amalgama de madera y ladrillo se abría una gran avenida.
Decidí escalarla.
A mitad de camino tropecé con algo que parecía metálico. Se trataba de un cartel muy oxidado, pero en el que aún se podían reconocer las palabras: Fallout » Sh ”.
Resulta curioso, pero a pesar de mi pésimo inglés, esas palabras me eran muy familiares.
En un gesto extraño, me senté sobre los escombros con el cartel en la mano y comencé a sonreír, ¡me estaba acordando de una anécdota con mi abuelo!
Resulta que en una de las calles cercanas a mi casa se construyó, hace ya mucho tiempo, un refugio nuclear. El letrero que indicaba su ubicación estaba escrito en inglés con las palabras «Fallout Shelter«.
El por qué me estaba acordando en ese instante de mi abuelo, era porque cada vez que pasábamos al lado de ese letrero, él protestaba diciendo: “¡El día que pase algo, la gente no va a saber dónde ir!”.
Mi abuelo fue siempre bastante alarmista y yo discutía a menudo con él, diciéndole que era muy difícil que ese refugio sirviera para algo más que acoger polvo y telas de araña.
Las palabras de mi abuelo más que preocupación me producían gracia, me imaginaba a toda la población buscando “el refugio” como locos sin dar con el, por el simple hecho de no saber inglés.
Recordando aquellos buenos momentos que pasaba con mi abuelo, me sobrevino una gran carcajada, que provocó un eco que llegó rebotando edificio por edificio hasta el final de la gran avenida. Levanté la mirada siguiéndolo, pensando desde cuando no había habido ruidos en aquella ciudad muerta.

Desde mi posición seguí observando, intentando comprender dónde estaba, que significaba todo aquello. Entonces, hallé un trozo de lo que parecía un periódico dónde podían leerse las palabras «apocalipsis nuclear, Dios nos ayude».
El miedo hizo, por primera vez, acto de presencia y la desesperación empezaba a apoderarse de mi. Miraba hacia todos los lados intentando encontrar respuestas, hasta que mi mirada quedo clavada en un edificio que tenía a mi derecha. Ese edificio medio en ruinas y con un gran árbol atravesando con sus ramas la fachada principal, hizo que empezara a temblar… no podía ser, ese edificio no me era desconocido, ¡era mi casa!
Tiré con fuerza el cartel que aun permanecía entre mis manos… «¡no, no podía ser!», me decía en voz alta.
«¿Y el refugio que sólo serviría para albergar polvo y telas de araña…?», ¿sería esta montaña de escombros, los restos de la misma? me preguntaba.
De inmediato, empecé a retira parte de los escombros sin encontrar nada.
«¡Dios mío!, ¿dónde están todos?»«¿Y mi abuelo?»
Comencé a notar como mi corazón latía desbocado, sintiendo como el terror comenzaba a paralizarme el cuerpo, cuando de repente…
¡Abrí los ojos!
¡No había sido más que una pesadilla!
Jamás en mi vida había sentido tanta alegría por despertarme, aunque nunca, por más que me lo propuse, pude olvidar aquella visión, aquella pesadilla.
[La Pesadilla Pripyat]
Hola Bea, me alegro que todo fuera una pesadilla…las ilustraciones ‘ilustran’ de forma muy idonea tus miedos ( o los de todos) sobre el final apocaliptico de una civilizacion… saludos ; )
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¡Hola David!
Es cierto, cuando se habla del fin de la civilización, siempre me vienen este tipo de imágenes a la cabeza. Como en las antiguas ciudades Mayas ó en la propia Pripyat, veo a la naturaleza ocultando nuestras “huellas”.
Gracias por comentar,
un cordial saludo, David!!
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Hola, Bea, me has dejado boquiabierta, con los ojos como platos y la piel de gallina, sólo me consuela saber que todo esto es parte de una pesadilla, aunque acercándose peligrosamente a la realidad.
Si te soy sincera me está costando hasta tragar saliva después de admirar este gran trabajo de fotomontaje digital y después de leer este texto tan personal y emotivo que acompaña a las ilustraciones.
Creo que una de las ilustraciones que más me han llamado la atención, aunque ninguna me ha dejado indiferente, ha sido la de Burgos, es como un paisaje de otro tiempo, totalmente apocaliptico; respecto a la de Córdoba, me vas a perdonar lo que me ha venido a la cabeza cuando la he visto, no te ofendas, pero de repente me he sentido como cuando era peque y medio asustada veía una peli de Indiana Jones, que siempre salía algún lugar sagrado de una ciudad perdida, con mucha carga histórica y que era tan misteriosa como siniestra…
Un beso y enhorabuena por este trabajo, la de horas y horas que te habrá llevado…
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Hola Faty!!!
Ya sabes que agradezco muuuucho tus comentarios. En este proyecto, por todo el trabajo que ha conllevado y el tiempo que le he dedicado, tengo que decir que reconforta aún más que os paséis a comentar!! ^^
Por lo que te leo, las imágenes hacen bien su trabajo. El microrelato es una «aventurilla» que me ha dado para acompañar las imágenes.
No es un trabajo agradable, ciertamente y menos aún, como comentábamos en la anterior entrada, con la actualidad que se vive a día de hoy en Japón.
Hay veces que las pesadillas se hacen realidad. Desde que he hecho este trabajo digo siempre lo mismo, los ciudadanos de Pripyat no imaginaban lo que se les venía encima…
Lo que a mí me parece más grave, hablando ya del caso de Japón es comprobar que el ser humano no parece que haya aprendido todavía.
El comentario de Yuli Andreev es lo que más me ha dado miedo en toda esta historia.
¡¡Y chiquilla!!
Si a ti te parece las imágenes de las pelis de Indiana Jones, no pasa nada por ello!!
Al revés, con lo que me gustan sus aventuras!!!
Saludos!
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Si ya te digo que no era con intención de ofender, pero claro, lo aviso porque poco tienen que ver las pelis con estas imágenes tan espectaculares como catastróficas; como bien dices, aparte de las horas de trabajo que te habrá llevado cada uno de los fotomontajes, no debe ser nada fácil de tratar dada la sensibilidad y el tacto que requiere el tema que expones en el conjunto de las obras.
Por cierto, a mí es que también me encantan las pelis de Indiana Jones, excepto la última, que no es porque Harrinson Ford esté algo abuelete, sino porque personalmente suprimiría del guión el final de la película y lo dejaría abierto, como en suspense, sin conocer el motivo del poder de las calaveras de cristal.
Creo que he creado una asociación entre tus ilustraciones y las películas porque en ellas aparecen escenarios y restos de una civilización que se ha extinguido y todo ello se ve invadido por la naturaleza salvaje, que ha ido integrando lo creado por el hombre con un entorno natural.
¡Un besazo!
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Si te fijas, lo que vemos en las pelis, no son más que recreaciones de una la realidad que podemos ver en los restos de civilizaciones ya extintas (evolucionadas, como digo yo), acuérdate si no, por ejemplo, de las ciudades Mayas «engullidas» bajo la selva. En este caso concreto más que ver, las hay que sólo se pueden intuir.
La imagen de la catedral de Burgos sin ir más lejos a mí me recuerda a una escena de la peli Mad Max o de la película, La máquina del tiempo!!
Para nada es una ofensa, lo que tiene que pasar es que Hollywood se pase por aquí y me fiche de una vez!! ¡¡que ya no se que hacer!! jajajajajaja
Muchas gracias por comentar Faty!!!!!
Besinessss!!!
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Bea, la verdad que cada día te superas y nos dejas con la boca abierta…buen trabajo cielo…aciertas con cada palabra y cada pincelada…tienes q tener mucha suerte pq te la estás ganado a pulso….y te conocí en shoot!! anda eso sí q es un chiste jajajajaja…tu vales mucho y cada día te lo curras más!!!
Un beso!!!!!
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¡¡Hola Gema!!
Muchas gracias por pasarte a comentar ^^
Aun que haya que trabajar en otros «Shoot!», desde luego tengo un claro objetivo y no es otro que vivir un día de esto.
Mientras eso llega, me viene de lujo vuestros ánimos, sobre todo viniendo de varios/as valientes que un día decidisteis emprender vuestros propios negocios 😉
Un beso grande, Gema!!!
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LO BUENO DE LAS PESADILLAS…ES QUE SIEMPRE DESPIERTAS…UN TRABAJO QUE ILUSTRARIA A LA PERFECCION, UN STORYBOARD ES ESTAS PELICULAS, QUE NOS HAN PLASMADO UNA Y OTRA VEZ,EL HORROR QUE VIVE EN EL INCONSCIENTE COLECTIVO,( TERMINO DE IKER JIMENEZ ) EL MIEDO HA ENCONTRARNOS DE FRENTE CON NUESTRO YO ,MAS DESTRUCCTIVO…Y CREEME QUERIDA ARTISTA, LO TENEMOS, CADA UNO DE LOS SERES HUMANOS DE LA TIERRA…
LOS ARTISTAS DE TODAS LAS EDADES DEL HOMBRE, ACOSTUMBRABAN HA PLASMAR EL REALISMO DE SU PERCEPCION DE LA REALIDAD ( VALGA LA REBUGNANCIA, JI,JI) A TRAVES DE LAS EPOCAS, HEMOS COMPRENDIDO, ESA PERCEPCION,TRANSLADANDONOS, A LA BATALLA, AL HORROR DE LOS BOMBARDEOS, A LAS INJUSTIAS DE ¨LOS AJUSTICIADOS¨ EN UN PAREDON… E INCLUSO PODEMOS PERCIBIR, EL DESASOSIEGO DE UNA MISTICA CAZA DE BISONTES,PLASMADA EN LA ROCA. TU MI QUERIDISIMA ARTISTA COMTEMPORANEA, ILUSTRAS TU PERCEPCION, Y TEMAS A TU INTUICION, ¡ NO LA TEMAS ! TU INCONSCIENTE TE AVISA, DE QUE SI TU QUIERES, SI QUEREMOS TODOS, EL CAOS NO TENDRIA FIN, EL MIEDO NOS PROTEJE,FRENTE A LA BARBARIE, Y NOS DA UNA OPORTUNIDAD DE CAMBIAR EL RUMBO……………¡¡¡¡JODER,(PERDON) QUE CHARLA!!! JA, JA.
UN BESO FUERTE Y LA ESPERANZA SIEMPRE PRESENTE.
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¡¡Hola Laurita!
¡¡Vamos, que me has escrito la letra de una canción!!! ¿eso lo he inspirado yo?, ¡que bueno!
Es lo que tienen las buenas artistas como tu, que les sale hasta sin darse cuenta!!
No recuerdo en qué película escuché la siguiente frase: «El miedo es el verdugo de la mente».
Y es que es verdad es.
El miedo, igual me voy un poco del tema, ha sido un instrumento que muchos gobiernos han utilizado para tener a «las masas» sumisas y controladas.
Resulta muy llamativo, que para una vez que el miedo es REAL y justificado, como es el caso de la posible contaminación de Japón, sucede todo lo contrario, los «poderosos» no rebajan el miedo… será que no es bueno para el business.
La esperanza es lo último que se pierde!!
Muchas gracias por comentar, Laurita, un beso grande!
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hola beita,
increible el blog, me ha gustado mucho, como te lo curras!!!! enhorabuena, eres una gran artista.
besitos
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Hola Yoli!!
Muchas gracias por comentar (jajaja)
Un besote muy muy grande!!!
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