Como decía María Ostiz, «un pueblo es abrir una ventana en la mañana y respirar»… y qué gran verdad sigue siendo. La polución de las grandes Ciudades lo contamina casi todo… una pena.
Pues bien, este verano tan atípico, he podido disfrutar de unos días en el pueblo de mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos, mis… vamos, en MI pueblo 🙂 . Villanueva de Córdoba. Córdoba. Andalucía. España.
Disfruto muchísimo allí, no haciendo grandes cosas, con el simple hecho de estar allí ya estoy genial, porque estoy como en casa. Pero si lo aderezas con la compañía de la familia, unos embutidos de calité, rodeada de la mayor dehesa de Encinas de Europa y con un cielo nocturno limpio de contaminación lumínica, pues como que mejor.
He creado esta ilustración con Photoshop a partir de una fotografía, dónde se puede apreciar la emblemática torre de la Iglesia de San Miguel, rodeada de las casitas blancas, tan típicas en Andalucía.
Mi pueblo me inspira mucho y me ha ayudado una vez más a descargar la presión del día a día en una gran ciudad, sumado a la enorme preocupación por culpa de la pandemia.
Querido pueblo mío, hasta el año que viene, si Dios quiere… que espero que quiera! 😉
¡Seguimos adelante! 🙂
guerreroilustradora.com 
Se nota por tus palabras que aquel pueblo es tan bonito (o más) como en tu ilustración, preciosa también.
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Hola Hugo! Muchas gracias por tu comentario. Un pueblo muy bonito, pero menos que tú!
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